01/12/2020
En el artículo anterior se mencionó de manera general e integral algunos aspectos por los cuales los adolescentes atraviesan, siendo característicos y propios de la etapa del ciclo vital del desarrollo. Lo imprescindible de conocer que el adolescente atraviesa un período transitorio de confusión psíquica y física, lo que lleva a reestructurarse, adaptarse permanentemente tanto en lo externo como en lo interno.
La palabra adolescencia («adolescere» en latín) significa transición, crecimiento. La adolescencia es una etapa llena de cambios físicos y psíquicos durante la cual es normal tener muchas dudas.
En esta oportunidad se pretende caracterizar algunos de los cambios físicos que vivencian los adolescentes.
En este proceso de trasformación (pasaje de cuerpo de niño a adolescente), se produce aumento de hormonas que desatan cambios físicos y psíquicos, conflictos psíquicos como puede provocar cierta angustia, ya que rompe el sentimiento de unidad y no se reconoce en los cambios de su cuerpo; el trabajo de aceptarlos y hacer el duelo por el cuerpo infantil.
Los cambios más significativos en las chicas, suelen darse entre los doce y quince años mientras que en los chicos aparecen un poco más tarde, entre los quince y diecisiete años. Cabe destacar que no siempre se dan en estas edades y de maneras iguales, la singularidad se da a ver en cada uno.
Cambios físicos de las mujeres en la adolescencia:
Crecimiento de las mamas y ensanchamiento de caderas.
Cambios en la vagina, el útero y los ovarios.
Inicio de la menstruación y la fertilidad.
Cambio en la forma pélvica, redistribución de la grasa corporal.
Crecimiento de vello púbico y axilar.
Aumento de estatura.
Olor corporal fuerte, cambios en la piel y acné.
Cambios físicos de los hombres en la adolescencia:
Desarrollo de la musculatura.
Crecimiento en partes íntimas.
Crecimiento del vello corporal (púbico, axilar, bigote, barba).
Crece en el cuello una prominencia laríngea, pero popularmente conocida como nuez o manzana de Adán.
Aumento de estatura.
La voz cambia y se hace más gruesa.
Aumento de sudoración, olor corporal fuerte y acné.
El crecimiento asimétrico de las manos y los pies lo hacen antes que los brazos y las piernas, y posteriormente se desarrolla el tronco y otras zonas. Así, a la vez que crecen las manos, los pies y la nariz, se estilizan y alargan las piernas y a continuación el tronco, lo que produce un aumento de la estatura. En ocasiones, estos cambios se dan de forma muy rápida y necesitamos un tiempo para adaptarnos a ellos. Hemos de ser pacientes y poco a poco nos iremos familiarizando con nuestro nuevo aspecto físico. ¡No te asustes, es totalmente normal!
¿Te ves distinto/a?
Es parte de tu desarrollo y crecimiento, es totalmente normal, Dios lo diseñó así.
Además de todos estos cambios físicos, se entra en una etapa en la que probablemente crecen tus sensaciones de ridículo o vergüenza, búsqueda de líderes significativos (algún grupo de música particular, pertenecer a un grupo exclusivo, etc). Comparación continua con otros y te preocupas en exceso por tu imagen corporal. También te vuelves más crítica/o y receptiva/o hacia los demás y sientes una fuerte necesidad de romper con lo establecido. En esta etapa es importante que aprendas a valorar tus cualidades, valorar tu cuerpo, quererte a ti misma/o no significa verte como un ser perfecto, sino admitirte tal y como eres, estas en proceso de cambios, aceptando tus defectos y potenciando tus virtudes. Pues sos de Dios, Él te pensó y estás en sus manos. Sos hermosa/o para Él y te ama con amor eterno (…) Con amor eterno te he amado; por eso te sigo con fidelidad. Jeremías 31:3.
Alrededor de los quince y hasta los dieciocho años es una etapa en la que la identidad se va definiendo dentro un grupo de amigos, vestir igual, hablar igual, ir a los mismos lugares, escuchar la misma música, pasar horas frente al espejo, vivir las mismas experiencias, salir a interactuar y relacionarse con otras personas, ya sea iglesia, asociaciones, centros deportivos, cultura, diversión, etc. El grupo de amigos es importante en esta etapa. Nos sentimos identificados y comprendidos, pero en ocasiones la influencia puede ser tal que nos haga sentirnos mal. Ante determinadas situaciones hemos de aprender a decir que ‘no’. Una amistad real hace que nos sintamos apoyados, pero también libres de tomar nuestras propias decisiones. Habla con Dios, pedile sabiduría con quien juntarte, quien será de gran influencia para tu vida.
Quien se junta con sabios, sabio se vuelve; quien se junta con necios, acaba mal. Proverbios 13:20.
Tantos cambios que atrevesas seguramente más de una vez te sientas inentendible, pero Jesús anhela ser tu mejor amigo y darte amigos que te influencien para bien, Él te conoce, sabe de tus cambios constantes y tus cambiantes estados de ánimo, que quizás a veces te sentís rechazado/a o que en ningún grupo te aceptan para estar. Pero Él te espera, Él te ama, Él te sostiene, Él te escucha y te acobija en sus brazos. Mucha promesa te dejó en su palabra (La Biblia), por ejemplo; estar con vos todos los días de tu vida, hasta el fin del mundo (Mateo 28: 20). Que, aunque papá o mamá no estén, con TODO Él te recogerá (Salmos 27: 10). Que no tengas miedo porque Él está con vos, te da fuerza, te ayuda y te sostiene (Isaías 41;10).
Acércate a Él, y no te olvides que leyendo su palabra y guardándola vas limpiando tu camino Salmos 119:9.
Ante cualquier duda, acércate a tus padres, lideres, pastores.
¡Dios te bendice!
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01/11/2020
Conociendo a los adolescentes
El siguiente escrito pretende desarrollar de manera integral aspectos por los cuales los adolescentes atraviesan y a su vez son atravesados, los mismos son característicos y propios de la etapa del ciclo vital del desarrollo.
Es imprescindible poder tener en cuenta que, para relacionarnos asertivamente con adolescentes, primero necesitamos entender, mínimamente, qué etapa están transitando y algunas características de la misma.
La etapa de la adolescencia es el momento donde se comienza a afirmar la identidad, se anhela la autonomía, quieren diferenciarse y comenzar a separarse de sus padres y familia para de ésta manera ir demostrando así que tienen sus propios pensamientos y capacidades, por los cuales, comienzan a exigir espacio propio, libertad, grupalidad, etc. Así es como, para diferenciarse, muchas veces se oponen y allí comienzan las confrontaciones, donde ya no es más un niño.
Por ende, sus preferencias rondan en estar con sus amigos todo el tiempo, quienes son claves en este proceso. Buscan la libertad de poder manejarse solo, administrar sus cosas, sus espacios, tiempos, actividades. Pues claro, todo este proceso suele generar o volverlo un tanto impaciente; con muchas energías, pero también con nuevos desafíos. El adolescente intenta rehusarse a aceptar límites por parte de los padres, ya que ellos los perciben muchas veces a esos límites como un obstáculo. Todo lo cuestiona. Pero, ante tantos cambios, y situaciones que atraviesan, necesitamos nosotros adultos, entender que es simplemente una etapa a transitar tan necesaria como todas las demás.
El adolescente atraviesa un período transitorio de confusión psíquica y física, que rompe con su identidad infantil, ya no es más un niño, ya no cuenta con su cuerpo infante, debe adaptarse a un cuerpo en pleno crecimiento el cual no puede dominar, es un período que le produce ciertos padecimientos, dolor y lo llevan a elaborar duelos ya que ésta situación de cambio (de niño a adolescente) lo obliga a reestructurarse, adaptarse permanentemente tanto en lo externo como en lo interno. Cabe aclarar que, no solo “adolece” de cambios físicos, sino también la búsqueda de sí mismo y de afianzamiento de la identidad, búsqueda de confianza y separación de sus padres. Se podría decir, el comienzo de: “¿quién soy?”.
Tu acompañamiento como adulto es fundamental
En todo este proceso de cambio y afianzamiento de identidad, es de suma importancia el acompañamiento de los padres o adultos a cargo del adolescente. Normas firmes brindadas desde el amor y cariño: Efesios 6:4 y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Poder comprender que ciertas reacciones cambiantes e impulsivas hacia el adulto, en su gran mayoría tiene que ver justamente con los procesos internos psíquicos y biológicos.
Esto no significa que estemos haciendo “todo mal”, que seamos “malos padres”, así como tampoco podemos exigir, en este momento, que cambie de un día para el otro. Si bien el adolescente está buscando independencia y lo que menos quieren son “sermones”, no podemos dejarlos solos en esta etapa. Mostrarnos disponibles, ser accesibles, mantenernos cerca, dar lugar cuando desean hablar, poder escucharlos hasta el final antes de responder, antes de enojarnos o emitir cierto juicio y hacerles saber y demostrarles con hechos que siempre tenemos tiempo y espacio para escucharlos y estar. La buena comunicación es crucial. (…) Sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse. Santiago 1:19.
Otro aspecto a tener en cuenta, el poder acercarnos a su mundo, ¿De qué manera? Desde lo que le gusta hacer, por ejemplo, su pasatiempo, quizás sea jugar al futbol, al vóley, mirar una película, etc. Tener en cuenta que cada adolescente es único, no son todos son iguales. Este acercamiento puede mantener y fortalecer el vínculo con ellos y cuidar su entorno.
No menor, cuidar la manera en que nos referimos a ellos: la muerte y la vida están en poder de la lengua (…) proverbios 18:21; es decir, en un momento donde la imagen es tan importante y donde la identidad se está afirmando y definiendo, las palabras pueden tener tremendas consecuencias. Es necesario verlos más allá de sus impulsos, errores, malos momentos que pueden generar y cuidarnos de descalificarlo, de compararlos, burlarnos.
Tenemos herramientas para poder trabajar juntos desde el amor en la familia y principalmente la ayuda del Espíritu Santo que desea enseñarnos, darnos claridad y sabiduría en las áreas que necesitamos. Es nuestro trabajo acercarnos a Él confiadamente y dejarnos guiar y enseñar. No estamos solos.
Anhelamos invitarte a que puedas sumarte y aprender juntos en los próximos temas a desarrollar sobre la etapa de la adolescencia.
Dios te bendiga.