Jóven

01/12/2020

Determinación

Hacer la voluntad de Dios es, a veces,  ir en contra de lo que sientes.

Las emociones son parte de nuestra naturaleza, claro. Pero no son guías plenas y fidedignas para tomar las mejores decisiones para nuestras vidas o mejor dicho, para el diseño original de Dios para nuestras vidas.

Por medio del profeta Jeremías, Dios dice “engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso. ¿Quién lo conocerá? (Jer 17:9). Sí, nuestro corazón nos engaña y es muy perverso. Pero Dios lo conoce, y lo conoce muy bien. Incluso más, que nosotros mismos.

¿Cuántas veces te pasó de creer que tomabas la mejor de las decisiones sin darte cuenta de que en realidad o a fin de cuentas no fue la mejor? Tranquilo, todos nos equivocamos. Es aprender. Aprender a pararse en algo más sólido y estable como nunca lo hubo ni habrá. Por supuesto, la palabra de Dios. Porque “En cuanto a Dios, perfecto es su camino, y acrisolada es palabra de Jehová; Escudo es a todos los que en él esperan.” (Salmo 18:30). Su camino es perfecto. Confía.

Cobarde o Valinte? Sos valiente al decidirte por Cristo y renunciar al pecado. Aunque duela. Aunque moleste. A los ojos de otros podría resultar incomprensible. Pero vos sabes sobre qué o quién estas parado.

Identifica hoy qué estas haciendo porque simplemente lo sientes o te hace sentir bien. Hacer la voluntad de Dios no siempre se siente bien. Pregúntate si Abraham se “sentía bien” al querer matar a su hijo porque Dios así lo determinó. Fue una lección por supuesto. Pregúntate si a nuestro Señor Jesús le fue fácil ir a Cruz. Fue determinante. Fue la voluntad de Dios. Si no fuera por esa determinación, vos y yo no estaríamos aquí. ¿Qué te está hablando Dios hoy?.

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1/11/2020

El regalo

Te pasó alguna vez de desperdiciar una oportunidad por miedo o por no saber que tenías algo de mucho valor en tus manos? La frase “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde” es muy conocida. Cuánto tienes y no lo usas, cuánto valoras lo que tienes.

Como jóven que eres, necesitas conocer tus áreas productivas, descubrir en qué eres bueno. Pregúntate ahora ¿En qué soy bueno? Has una lista. Pregúntate también ¿Qué tengo en mis manos? Has otra lista. Tal vez seas un profesional, tengas un negocio, un kiosko, un campo. Tal vez crías pollos, tienes una persona a la cuál guiar, un discípulo, etc. Debes descubrirlo e identificarlo.

Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes (Mt. 25:14). El regalo. No es sino una parábola indicándonos que Dios nos hizo un regalo, una entrega.

Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor (vs 16-18). Ciento por uno. Dos de ellos, identificaron el regalo que se les entregó y prudujeron al cien. Pero uno de ellos, desperdició el regalo. Identificó que era, pero no quiso usarlo, lo escondió. Se convirtió en un siervo inútil, que dura palabra.

Necesitas entender que todo lo que tienes, sea algo espiritual, emocional o material, es un regalo que Dios te hizo. Y tu ¿Qué vas hacer? Confía en sus planes eternos. Dios nunca se equivoca. No lo escondas, úsalo.