Pre – Encuentro

PRE

ENCUENTRO

“Preparándonos para un encuentro, un tiempo especial”

INTRODUCCIÓN:

El pre encuentro consta de una o dos clases preparatorias para ayudar al que asistirá al encuentro y darle toda la información necesaria para que pueda aprovechar este retiro espiritual al máximo.

Para todos es importante, pero para los nuevos creyentes es fundamental.

Veamos los puntos principales que deben enseñarse en el pre encuentro.

 

  • ¿Qué es un encuentro?

Es un retiro espiritual de tres días (del viernes a la noche al domingo a la tarde), donde Dios transforma nuestra vida encontrándonos con Él y su palabra.

 

  • ¿Qué temas se tocan?

En el encuentro se toca una amplísima gama de temas Bíblicos dándole al nuevo creyente herramientas espirituales, que de no asistir, podría tardar meses en recibirlas.

Los temas principales son:

  • Sanidad interior: El Señor vino a sanar a los quebrantados de corazón (Isaías 61:1). La sanidad de nuestra alma, las heridas de nuestro pasado que aún quedan abiertas, Dios las quiere sanar.

El asistente debe ir con un corazón abierto para ser sanado. Si Dios expone alguna herida es para sanarlo para siempre. Dios no remueve el pasado y el sufrimiento de la persona para dejarla herida, lastimada, en dolor, sino para librarlo. En ocasiones algunas personas derraman lágrimas al entregarse a Dios. Sus recuerdos son dolorosos. Esto es normal.

  • Liberación: La Biblia, y nuestro mismo Señor Jesús, dan por sentado la existencia de Satanás y sus demonios (Mt 4:3-11; Mt 8: 28-34). A l vivir sin Dios en el mundo, somos vulnerables a sus ataques.

Los espíritus malignos, en términos generales pueden: influenciar, oprimir, o poseer.

Las influencias nos afectan a casi todos: las tentaciones, las mentiras que      susurra, las personas que usa, son ejemplos de influencia y rechazo.   

La opresión es un paso más.

Nos habla de darle lugar al diablo, abrirle la puerta en alguna área de nuestra vida. El odio, el contacto con el ocultismo, la idolatría, son puertas abiertas que provocan la opresión demoníaca (la opresión tiene diferentes grados de intensidad).

Cuando la persona rinde su voluntad a los demonios a través de pactos, puede ser poseída de modo permanente por uno o más demonios.

En el encuentro vamos a cerrar, a través de la confesión y la renuncia, toda puerta que aún en ignorancia le hayamos abierto al enemigo. Y se orará especialmente para que seamos libres.

En ocasiones, una persona oprimida o poseída puede exteriorizar sus problemas a través de algún síntoma físico (caer al suelo, gritar, llorar de modo convulsivo, tener náuseas o vómitos, fuerte dolor de cabeza, deseos de salir corriendo, etc.) ver (Lucas 9:37). Esto no debe asustarnos ni preocuparnos. Si una persona tiene un problema espiritual lo mejor que le puede suceder es que ese problema se manifieste para que sea libre (Marcos 9: 14-29)

 

  • Llenura del Espíritu Santo: Hablamos del bautismo en el Espíritu Santo con la evidencia de hablar en nuevas lenguas (Hch 2:4; Hch 10: 44-46; Hch 19:6). El bautismo en lenguas es un lenguaje espiritual, normalmente no entendible para los hombres, pero si para Dios. Intercedemos y aún podemos cantar en lenguas (1° Co 14:15). Esto edifica nuestra vida espiritual (1° Co 14:4-5, 18)
  • Otros temas que se tocan: La visión de Dios para su vida, cómo Él quiere usarle. El noviazgo y la sexualidad a la luz de la Biblia.

 

CONSEJOS PRÁCTICOS A TENER EN CUENTA DURANTE EL DESARROLLO DEL ENCUENTRO:

  • Respetar los horarios e indicaciones de los líderes del encuentro
  • Es obligatorio participar de todas las clases y actividades
  • Está prohibido, fumar y tomar bebidas alcohólicas durante el encuentro
  • No se permite orar con imposición de manos, ni orar unos por otros sin una autorización expresa. No orar en las piezas en forma grupal.
  • No se permite ministrar a quien no está autorizado
  • No se permite dar palabra de profecía, ni de revelación, ni aconsejar a otros.
  • Si alguien ve a otro hacer estas cosas debe de avisar de inmediato a las autoridades del encuentro. Debemos ser cuidadosos y preservar la intimidad de cada hermano de manera que nadie se sienta avasallado o confundido por alguien que asume una autoridad espiritual sin estar autorizado.
  • Debe respetarse la hora de ir a dormir. No se permitirá personas deambulando por las noches o durante las actividades.
  • No se permite salir del establecimiento sin autorización expresa de sus líderes.
  • Si alguna persona no acata las indicaciones y no se corrige pese a los llamados de atención, no podrá continuar en el encuentro.

 

PREGUNTAS QUE PUEDEN TENER LOS NUEVOS CREYENTES:

(Aspectos que debemos de aclararles antes de ir al encuentro, si sugiere la inquietud)

  • ¿Por qué nos reunimos en la Iglesia? Hebreos 10:25
  • ¿Por qué nuestros servicios son alegre? Isaías 51:3; Nehemías 8:10
  • ¿Por qué cantamos? Salmos 104:33; 100:1; Colosenses 3:16
  • ¿Por qué aplaudimos? Salmos 98:4. 47:1
  • ¿Por qué levantamos las manos? 1° Timoteo 2:8
  • ¿Por qué alabamos a Dios con muchos instrumentos? Salmos 150:3-5
  • ¿Por qué levantamos ofrendas y diezmos? Malaquías 3:10; 2° Corintios 9:6-10
  • ¿Por qué hablamos en lenguas? 1° Corintios 12:10; 14:2
  • Por qué hay interpretación de lenguas? 1° Corintios 12:10., 14:13
  • Por qué cantamos en lenguas? 1° Corintios 14:15; Colosenses 3:16
  • ¿Por qué ministramos con dones? 1° Corintios 12:1; 14:1
  • ¿Po qué oramos en voz alta? Jeremías 33:3
  • ¿Por qué oramos todos juntos por una necesidad? Hechos 12:12
  • ¿Por qué tomamos autoridad sobre satanás? Lucas 10:19; Marcos 16:17
  • ¿Por qué imponemos las manos sobre las persona? Hechos 13:3

 

ENSEÑANZAS SOBRE LA ORACIÓN Y LA LECTURA BÍBLICA:

La persona nueva que asistirá a un encuentro desconoce muchos aspectos relacionados con la oración y la lectura bíblica. Para que el encuentro le sea de bendición debemos enseñárselo.

                     

 

 

                      “DESCUBRAMOS COMO ORAR”

               NUEVE PASOS HACIA LA ORACIÓN EFICAZ

 

La oración es la llave que abre la puerta a un mundo completamente nuevo y llega a constituirse en el fundamento de todas nuestras actividades. La única manera en que podemos aprender a orar es, precisamente, orando.

Para ello, es necesario tener un tiempo de quietud a solas con Dios en adoración e intercesión. Es básico tomar en cuenta los siguientes puntos:

  • DISPONER DE TIEMPO PARA ORAR:

Esto resulta imprescindible. No tratemos de incluir a Dios dentro de nuestro programa, sino ajustemos nuestro programa a sus requerimientos.

La disciplina espiritual constituye la clave de la vida cristiana, por lo que deberíamos establecer cierta regularidad en la hora fijada para tal ejercicio. Debemos separar un tiempo para Dios.

 

  • ENCONTRAR UN LUGAR TRANQUILO:
  • Buscar un lugar tranquilo dentro de su casa. Usted encontrará un lugar tranquilo si de veras lo busca.
  • Es bueno arrodillarse, y orar en voz alta.
  • Conviene anotar en una libreta los motivos de oración. Esto permite que las oraciones sean más específicas y ayuda a ser agradecido por las respuestas recibidas. Al lado de cada oración contestada escriba: “respondida”, y coloque su fecha.

 

  • PEDIR LA PROTECCIÓN DE DIOS:

Es importante elevar una oración pidiendo cobertura para que los problemas de la vida cotidiana no nos agobien mientras oramos.

Si el diablo no logra que usted postergue su tiempo de oración para mañana, pondrá en marcha su “plan b”, que consiste en distraerlo durante la oración. Por eso conviene dedicar un momento para pedir a Dios que nos rodee con el círculo de su divina protección, para poder excluir todos los quehaceres del día y entregarnos de lleno a la oración.

 

  • CONFESAR:

La confesión debe formar parte de la oración cotidiana. Al confesar, nombre cada pecado específicamente, para que la luz escudriñadora de Dios penetre en cada rincón, descubriendo aquello que pudiera estar impidiéndole ser todo lo que le Creador tiene en su propósito que usted sea. ¡No hay nada tan destructivo como el pecado! La confesión restaura la comunión con Dios.

  • ADORAR Y MEDITAR:

Cuando se arrodille para orar, dedique algunos momentos a adorar y meditar en la presencia de Dios. El Espíritu Santo le hará oír su voz apacible y le dará la certeza de estar en la presencia del Dios viviente, lo sientas o no.

Cuando adoramos al Señor con alabanzas y acciones de gracias, descubrimos que el gozo del Señor inunda nuestra vida, nos da su poder y nos brinda el calor de su amor.

  • ESCUCHAR INTERIORMENTE:

Muchos de nosotros utilizamos discursos dirigidos a Dios en lugar de oraciones, lo que transforma la conversación en monólogo. Por cada persona que exclama: “Habla, Señor que tu siervo oye”, hay diez que dicen: “Oye Señor, que tu siervo habla”.

Al escuchar interiormente, Dios traerá a nuestra memoria a alguien que necesita de nuestra oración, nos guiará con respecto a lo que debemos orar y cómo hacerlo, y nos revelará el pecado no confesado.

  • ORAR CON FÉ:

Fe significa creer antes de recibir. Nuestras oraciones pueden ser respondidas de tres maneras distintas: “Si”, “Espera”, y “No”.

Podemos comprender un categórico “si” y aún admitir categórico “no”. Pero el “espera” es muchas veces difícil aceptar. Durante el período en que Dios nos mantiene en espera, somos tentados a pensar que no estamos orando en su voluntad. Pero si Dios ha indicado por quién orar, y cómo, no debemos permitir que la respuesta “espera” haga tambalear nuestra fe.

Cuando la respuesta es “no”, tenemos que saber que el “no” de Dios siempre proviene de su amor. Él sabe lo que es mejor para nosotros.

La fe nos lleva a una vida de “aventura” en Dios, que nos introduce a una nueva dimensión.

  • VISUALIZAR LA ORACIÓN COMO YA CONTESTADA:

¡Es extraordinario el poder que esto agrega a las oraciones!

Jesús dijo “todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá” (Marcos 11:24 ) ¡Lo dijo Jesús, no yo!

Tres son las cosas que Él señala: Orar, pedir y creer que recibiremos la contestación. Antes de orar por alguien o algo, pida “Señor, enséñame cómo orar en esta circunstancia”

No utilice esta frase tan común entre los creyentes; “si es tu voluntad”, que sólo debilita la fe. En cambio use la expresión “de acuerdo con tu voluntad” que es positiva de Dios en su verdad.

La oración de fe produce milagros. Cuando eleve una petición, en lugar de pasar inmediatamente a otra, deténgase un instante para imaginar el resultado. Luego agradezca que Él esté obrando ahora mismo para que eso sea una realidad.

  • DAR GRACIAS:

Es necesario hacerlo por cosas definidas, descartar frases como: “Señor, te doy gracias por todas las cosas”. ¡Hay muchas cosas por las cuales agradecer y alabar a Dios! El expresar gratitud en palabras tiene el efecto de crear un corazón positivo y un espíritu lleno de gozosa anticipación y expectativa ante lo que Dios hará ese día.

 

 

                “LA PALABRA DE DIOS”

 

De ninguna manera se puede separar la oración de la lectura de la Biblia; deben ir siempre unidas.

A medida que la lectura de la Biblia entra a formar parte del tiempo diario de oración, se incorpora a la vida cristiana a una nueva dimensión. El tiempo que se pasa a solas con Dios llega a ser un tiempo de poder y renovación espiritual, y el nombre de Jesús es glorificado en la vida. Todo lo que Dios tiene reservado para nosotros sólo puede apropiarse por medio de la oración. La tragedia de la vida no es la oración no contestada sino la oración no elevada a Dios.

  1. LEA BIEN LA PALABRA DE DIOS, Y CONVIÉRTASE EN UN GIGANTE ESPIRITUAL:
  2. Podemos notar un cambio fundamental en nuestra vida espiritual si logramos disciplinarnos en la lectura de la Biblia.
  3. La lectura constituye el fundamento de todo aprendizaje.
  4. A menos que una persona tenga la costumbre de leer regularmente la Biblia, jamás adquirirá el hábito de estudiarla de manera sistemática.
  5. Para obtener el mayor provecho de la lectura, consideremos cuidadosamente las siguientes técnicas:

 

  • LECTURA DIARIA:

Esto es a la vida espiritual lo que el alimento cotidiano es para la vida física. Además todos sabemos que es necesario determinar horarios regulares para la comida, porque de otro modo no nos alimentamos bien. El hombre espiritual precisa nutrirse en forma continua de la palabra de Dios.

Job 23:12 expresa “Del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida”

La mayoría de las personas encuentran que la mañana es mejor momento para leer la Palabra devocionalmente . Es más fácil programar así el día, porque basta con levantarse 15 minutos antes. Uno se levanta con energía y la mente despejada, y resulta particularmente ventajosa realizar la lectura entonces. En cambio las personas más bien “noctámbulas” no tienen la mente muy despabilada temprano a la mañana. Funcionan mejor de noche y quizás les conviene hacerlo después de la cena o antes de acostarse. Cualquiera sea el momento, se debe elegir uno, porque si no fija con claridad, las buenas intenciones jamás se realizarán, y la Biblia sólo se lee ocasionalmente.

 

  • DETERMINAR LA CANTIDAD DE TIEMPO A DEDICAR A LA LECTURA:

Francamente, si uno quiere tomar en serio y realmente desea adquirir un bagaje de conocimiento fundamental de la Palabra, es necesario pensar en un mínimo de quince minutos diarios. Esto no es exigir mucho. La mayoría de las personas dedican por lo menos eso a leer el diario o mirar las noticias por televisión. Además, nos tomamos mucho más tiempo para alimentar el cuerpo tres veces al día.

 

  • ELEGIR UN LUGAR FIJO:

Esto nos ayuda a concentrarnos y a cumplir regularmente con lo que nos hemos propuesto. Se recomienda realizar la lectura sentado, preferentemente ante un escritorio con pocos objetos encima, porque eso facilita la concentración.

El tener un lugar apartado y específico ayuda a crear una atmósfera devocional adecuada.

 

  • LEER CON UN LÁPIZ EN LA MANO:

El mayor peligro en la lectura devocional de la Biblia radica en la posibilidad de dejar correr la vista por la página sin enterarnos realmente del conocimiento. Muchos creyentes cumplen con los quince minutos prefijados de la lectura diaria, y concluyen con una oración. Piensan que ha tenido un devocional efectivo. Pero si se les pregunta una hora más tarde sobre lo que han leído, muchos no recuerdan absolutamente nada. Han leído con sus ojos, pero su mente no estuvo sintonizada. Por eso es importante tomar un lápiz y prepararnos para escribir un mensaje de Dios. Ese solo acto nos predispone adecuadamente. También ayuda a fijar las cosas en la memoria. Cuando encontramos algo especial en la lectura, lo anotamos. Esto constituye a cimentar el pensamiento de forma más clara en la mente.

 

  • REALIZARUNA LECTURA DEVOCIONAL DE LA BIBLIA:

La Biblia es un libro viviente, escrito por un Dios amante, para sus hijos. El él nos proporciona principios básicos y fundamentales, dirección e inspiración para la vida. La Biblia constituye un mensaje para el pueblo de Dios y un verdadero alimento para el hombre.

El hombre no es sólo cuerpo, mente y emociones, como pretenden los humanistas, sino Espíritu también. Ese aspecto de sus ser se transforma desde el momento que recibe a Cristo en corazón, dado que se vuelve una “nueva criatura” (2° Corintios 5:17).

El mejor modo de leer la Palabra de Dios devocionalmente es pedir a Dios que nos dé un mensaje para ese día. Muchas veces nos dará un pensamiento. Otra, una bendición.

Debemos tener sumo cuidado de tomar un cuidado de tomar un versículo y sacarlo fuera de su contexto, pues sino podemos llegar a darle un sentido distinto del que tiene dentro del pasaje donde se encuentra. Recordemos que la Biblia se escribió en párrafos y no en versículos. La división en versículos se realizó unos 1.500 años después de que la Escritura se h7ubo completado. Aunque esto resulta útil para el estudio y la enseñanza, 4es peligroso sacar un texto de su contexto. El Espíritu Santo no nos llevará jamás a utilizar una porción de su palabra en forma que resulte contradictoria con su sentido original.

 

  • LLEVAR UN DIARIO ESPIRITUAL:

Este resulta un instrumento muy útil para obtener el mayor provecho de la lectura devocional.

Basta una hoja para cada día. Se escribe arriba la fecha. Luego la cita de la porción a leer, y el mensaje que Dios nos da para ese día. También se puede señalar alguna promesa, algún mandamiento y un principio permanente. Se finaliza con la aplicación que tiene para nuestra vida práctica.